La Leyenda del Eclipse - III

Durante el reinado de Azshara, la estirpe de Erinthod había crecido lo suficiente. No menos ni más de lo que era necesario. Los Alvar habían intuido lo que eran con el paso del tiempo, y aunque no estaban ocultos a ojos de los demás, no eran más importantes que cualquier secta menor, no eran más temidos que cualquier grupo que se reunía en compañía. Los clanes y familias de Alvar se reunieron bajo el Alvheim, una institución sincrética creada para compartir conocimientos, buscar sus raíces, comprender el por qué de su existencia y observar el transcurrir de la vida alrededor, guardando el equilibrio como hacían entre sí.

Erinthod había permanecido junto a ellos, aunque su presencia era aceptada con una naturalidad que rozaba la indiferencia y su existencia un misterio para todos. Pocos eran conscientes de que aquel elfo encapuchado era el origen de sus líneas de sangre, y si lo eran, no le daban importancia. Aikku y Strelaya eran el par más completo de todos los que se conocían. Osados y sabios, con gran capacidad de visión, se habían encontrado el uno al otro en su juventud y habían estrechado su vínculo en un amor arrebatado que les había unido con más intensidad. Ella era blanca de rostro y cabello, sus ojos brillaban con calidez en un tono áureo y su aspecto era menudo e infantil, como un hada diminuta. Aikku era alto y delgado, con el noble porte de un príncipe nostálgico sin rozar la altanería. Su elegancia impelía a la reverencia, y la belleza de sus facciones mostraba el aspecto antiguo de aquellos que buscan el conocimiento con avidez. Pues Aikku era un estudioso aplicado, que investigaba la magia con entusiasmo pero con prudencia, y Strelaya una sacerdotisa dadivosa, que se entregaba a la piedad y la compasión sin reservas para hacer más felices a aquellos que le rodeaban, consciente de los vínculos que unían a los vivos y les harían alzarse o caer sólo con el aleteo de una mariposa. Por su sabiduría y su profunda unión, por su incomparable equilibrio y su iniciativa, fueron Aikku y Strelaya los líderes del Alvheim, las serpientes que se miraban en armonía y guardaban el conocimiento al tiempo que mostraban los caminos a aquellos que querían recorrerlos. El Camino del Equilibrio fue abrazado por la estirpe de Erinthod y Shadran casi en su totalidad.

Apenas se contaban en una veintena entonces. Entre ellos se encontraban Ykriel y Mannathir, Dinah y Koshet, las dos gemelas, Eirenhier y Antheros y muchos otros. Todos tenían sus Dones y sus Venenos, algunos aún no habían encontrado su par, como Elve'lei, pero convivían en armonía y buscaban, buscaban mientras observaban.

Elve'lei era una joven hermosa y de gran talento en el campo de la magia. Había sido bendecida con el Don de la videncia y el Veneno de la desesperanza. Por eso, cuando en su visión del futuro contempló lo que estaba por venir, corrió al Alvheim y habló a los suyos, con voz clara y decidida y mostrando su fuerte carácter.

- Una maldición caerá sobre el pueblo de los elfos si la ambición de la Corte de Azshara sigue adelante - exclamó en el pequeño claro oculto donde se reunían, lejos de la deslumbrante ciudad de los kaldorei. - He visto una legión de demonios infernales atravesando el Pozo, llamas y fuego, horror y devastación. He visto el desastre sobre nuestras cabezas. Es momento de intervenir.

Mannathir se agitó con inquietud, y las gemelas se miraron. Strelaya y Aikku conversaron sin palabras brevemente, y por fin levantaron su voz, uno tras otro.

- Sabemos del camino emprendido por Azshara. Observaremos por el momento - dijo Aikku.
- Puede traer más mal que bien hablar de esto.
- Pero ¿no somos acaso guardianes del equilibrio? - replicó Elve'lei. - ¿De qué sirven las teorías de las que largamente hablamos si no actuamos cuando tenemos la oportunidad? Lo que va a suceder es inaceptable. ¿No vamos siquiera a intentar detenerlo?

Se discutió durante horas. Elve'lei era de fuerte carácter y de gran determinación. Se había unido al Alvheim en último lugar, y aunque su compañía era difícil y no tenía par, todos la aceptaban como una más. Y en el fondo de su corazón, Elve'lei deseaba lo mejor para todos, lo buscaba. Por eso desobedeció al Alvheim.

Al día siguiente marchó a la ciudad y habló a las gentes del pueblo, les habló de su visión. Causó un gran revuelo, pues su presencia era poderosa y sus palabras muy decididas, y nadie quedó indiferente a sus palabras. Algunos la tacharon de loca y pronto avisaron a las autoridades, otros la escuchaban con calma, reflexivos, y unos pocos la creyeron sin dilación y hubo miedo en sus corazones ante lo que estaba por venir.

Así, apenas pasaron dos jornadas cuando Elve'lei se vio presa y comenzaron los interrogatorios. Se dio inicio a La Gran Purga, como se conocería en lo sucesivo a los hechos que acontecieron a partir del alegato de Elve'lei. El Alvheim, que hasta entonces había pasado desapercibido, se convirtió en un objetivo para la Corte de Azshara, que no tardó en ver en ellos una amenaza a su poder, a la consecución de sus ambiciones, y muchos fueron interrogados, otros tantos, juzgados.

Shadran permanecía viviendo en la metrópolis de los elfos junto a su consorte, la Sacerdotisa de Elune Delorah Adarn, a quien algunos conocían ya como la Perla de Eldarath. Camuflaba su presencia lo mejor que podía y cumplía con su papel para con el Equilibrio cuando así era necesario, sin que hubiera un solo paso de esta labor que no dejara una huella en su corazón. Jamás se acostumbró a aquello que no había elegido, y no encontró el menor consuelo, el más escueto apoyo más que en su esposa, sufriente y sacrificada. En muchas ocasiones había tratado de acercarse al Alvheim, reunirse con su hermano Erinthod y con sus hijos. El miedo de la Estirpe, su negación a aquello que Shadran significaba, les condujo a rehuírle, darle la espalda y temerle, y jamás se abrió una puerta del Alvheim para él.

Y acababa de recibir uno de estos rechazos, que le hacían despertar la ira y el rencor, cuando la Reina Azshara, Señora de los Elfos, Excelencia de Eldarath y Alta Dama de los kaldorei, llamó ante su presencia a Shadran y Delorah.

Posted by Unknown | en 1:45

0 comentarios:

Publicar un comentario